Desde "La Ratonera", ya se ha lanzado consejos con el fin de estar menos expuestos a ataques y acceso a nuestros smartphones. Leyendo uno de tantos artículos me he encontrado con uno en la web "www.lainformacion.com", el cual me ha parecido muy interesante y que paso a reproducir.
"Un cibercriminal hizo el agosto con Pipi Estrada.
Logró introducirse en su teléfono móvil y salir con el número de
teléfono de hasta 84 famosos españoles. Después los hizo públicos a
través de las redes sociales. ¿Te imaginas estar en su lugar?
No es agradable que terceras personas, probablemente con intenciones
maliciosas, tengan acceso a nuestra información más personal, menos aún
si podemos evitarlo. Para ello, solo necesitáis seguir unos sencillos
consejos.
1) No almacenes información comprometida
Lo primero, sentido común. Si hay un material que no quieres que
caiga en malas manos, lo mejor es que no lo lleves en tu teléfono móvil,
ni lo incluyas en mensajes de texto o correos electrónicos (que son
fácilmente accesibles si un desalmado te roba el terminal un virus se
instala en tu 'smartphone'). Números PIN, contraseñas, imágenes o vídeos
comprometidos...
2) Echa el candado
Utiliza siempre un patrón gestual o una contraseña para bloquear tu
teléfono. Tres cuartos de lo mismo con la pantalla de desbloqueo. Los
cibercriminales tienen métodos para romper estas barreras pero, en el
peor de los casos, habrás ganado tiempo para reaccionar y poner en
práctica otras medidas de seguridad.
3) Cuidado con las aplicaciones que instalas
Procura utilizar fuentes conocidas, en especial las tiendas oficiales
o 'markets' correspondientes al sistema operativo de tu dispositivo
(Google Play, App Store). Están constantemente vigilados y es mucho más
difícil que se cuele un 'malware'. Si, por lo que sea, decides instalar
algo desde una fuente desconocida, asegúrate de que la web no es un
fraude y la 'app' es confiable y...
4) Revisa los permisos y los comentarios
En Android, la gran mayoría de las aplicaciones solicitan al usuario
algún permiso para poder ejecutarse y cumplir con su función. Almacenar,
modificar y borrar archivos de la tarjeta SD, leer tu información
personal, acceder a tus llamadas, tus mensajes, tu ubicación... Multitud
de cosas que no querrás confiar a cualquiera. Así que sigue esta
máxima: cuantos más permisos pida, más seguro tengo que estar de que el
desarrollador es fiable.
Además, suele ser interesante echar un vistazo a los comentarios que
otros usuarios han dejado en Google Play (esto se puede aplicar también a
los 'markets' de otros sistemas operativos). Lo normal es que si la
aplicación ha originado algún problema te enteres, porque los afectados
se habrán encargado de hacer pública la tropelía.
5) Actualizaciones automáticas, las justas
Permite únicamente las actualizaciones automáticas de las aplicaciones en las que realmente confíes.
6) Piensa en las consecuencias antes de 'piratear'
Aquí la explicación es distinta en iOS que en Android, aunque en
realidad el problema sea el mismo. En el caso de los terminales de Apple,
las restricciones que impone el software propietario de la firma de la
manzana mordida han hecho que un alto porcentaje de los usuarios de
iPhone recurran a las técnicas denominadas 'jailbreak' para poder
instalar aplicaciones no autorizadas por los de Cupertino.
Pero, ojo, porque al tirar los muros no solo pasarán las ventajas, sino
también los inconvenientes en forma de un acceso mucho más completo
para los atacantes que consigan aprovechar las vulnerabilidades del
sistema.
En Android, aunque sea un sistema de código abierto y permita la
instalación de aplicaciones de fuentes distintas a Google Play, se han
popularizado las técnicas que garantizan al usuario acceso 'root'. De
este modo se gana acceso a las capas más ocultas del dispositivo y se
abre la posibilidad de modificarlo y personalizarlo todo, incluido el
propio sistema operativo (las llamadas 'custom roms' como el famoso
Cyanogen Mod). En este caso, al igual que sucedía en la competencia,
también se rompen diques que permiten a los cibercriminales pasar con
más facilidad, husmear en más partes del teléfono y hacer un mayor daño
si ese es su malicioso objetivo.
7) Si te deshaces del móvil, restablece los datos de fábrica
Si piensas regalar el teléfono, donarlo a la beneficiencia o cometes
la insesatez de tirarlo a la basura (gracias de parte del medio
ambiente), asegúrate de restablecer antes los datos de fábrica. De este
modo se borrarán todos tus datos personales y el posible nuevo
propietario no tendrá forma de hacerse con ellos.
8) Si lo pierdes, bórralo de forma remota y cambia tus claves
Es importante estar preparado para lo peor. Si pierdes el móvil o
piensas que te lo pueden haber robado, lo primero es llamar a la policía
(y a tu proveedor) para que te ayuden a localizarlo y desactivarlo.
Incluso puedes hacerlo tú mismo con cualquiera de las múltiples
aplicaciones que permiten ubicar el teléfono, operar con él o eliminar
su contenido de forma remota. Una vez superada la primera fase de
peligro, acuérdate de cambiar todas las contraseñas que hayas
introducido por medio de ese terminal. Es un engorro, pero es
imprescindible.
9) Que no se enganchen de tu bluetooth
El tipo de la mesa de al lado en un restaurante puede ser un
potencial atacante, así que ándate con ojo. Aceptar por error una
conexión bluetooth (pensando que es una llamada perdida o cualquier otra
notificación irrelevante) abre de par en par las puertas de tu móvil al
enemigo. Y de ahí a hacerse con tus datos no hay ni dos pasos.
10) No hables con extraños
Que WhatsApp no es la aplicación más segura del mundo no es ninguna
novedad. Parece que las vulnerabilidades que permitían leer los chats de
cualquiera que estuviese en la misma red pública – por ejemplo el WiFi
de un restaurante - a través de un 'sniffer' (una aplicación diseñada
específicamente para rastrear conversaciones) ya están solucionadas.
Pero aún quedan otros agujeros por cerrar y de ti depende que nadie se
cuele a través de ellos. Ten cuidado, por ejemplo, con las fotos que te
envíen. Tras ellas puede encontrarse un virus. Y, como norma general,
piensa en lo que te decía tu madre de pequeño: “no hables con extraños”."
Fuente: lainformacion.com